Una semana,
Una semana incomunicada del mundo
que me ha servido para pensar, para reflexionar.
Una semana lenta y larga en la que no he visto
su cara, su sonrisa.
Una semana en la que se han pasado por
mi cabeza una serie de preguntas:
¿Y si hice mal?
¿Y si estoy exagerando todo esto?
¿Y si se merece una segunda oportunidad?
Pero luego me he dado cuenta de que estas preguntas
ya tienen su respuesta : NO.
Quizás, esta semana de incomunicación con el mundo
me ha servido para aprender que cada persona es responsable de sus actos
y que a lo mejor los mios no han sido del todo correctos pero,
estoy feliz por haberlos hecho.
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